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La evolución social de las nuevas tecnologías y hábitos de redes sociales está conquistando mucho terreno a las relaciones interpersonales y familiares, generando si cabe una distancia más amplia en los vínculos familiares, especialmente en los intergeneracionales.
A su vez, a esto hay que añadir el aumento de casos de divorcio que se suma a las segundas parejas con hijos, una combinación que en muchos casos es explosiva y da lugar a problemas de convivencia. En los últimos años los Abogados de divorcio están atendiendo a un número más elevado de divorcios y separaciones en los que se producen problemas de convivencia en parejas que vienen de matrimonios y relaciones con hijos anteriores.
¿Cómo afecta el uso de las nuevas tecnologías a las relaciones familiares?
La doctora Paloma Méndez de Miguel, neuropsicóloga infantil en el Hospital Quirónsalud San José en Madrid, señala que las nuevas tecnologías pueden condicionar la vida familiar y propiciar opciones de entretenimiento más sedentarias y solitarias.
La experta puntualiza que cuando hay abusos en el tiempo que se dedica a estas tecnologías, se acaba interfiriendo en la calidad de las relaciones sociales, se impulsa la incomunicación, no se encuentra motivación más allá del uso de nuevas tecnologías y, en algunas ocasiones, producen enfrentamientos que alejan más la concordia familiar cuando se trata de limitar el uso de los dispositivos.
Los hijos, en especial cuando son niños, tienden a mimetizar el comportamiento de los padres en el uso de las nuevas tecnologías. Esto implica que, una utilización inadecuada de los dispositivos por parte de los adultos, conlleva a que los vástagos repitan el comportamiento.
A esto hay que sumar la presión social y la coyuntura actual, marcada por las restricciones derivadas de la pandemia. Para muchos jóvenes, el mundo virtual es el más auténtico, donde se pueden mostrar tal y como son. Los adolescentes y niños se conectan desde una edad más temprana y cuando no lo hacen piensan que acabarán marginados.
Comportamientos adictivos por el abuso de las TIC
Las TIC, Tecnologías de la Información y la Comunicación, pueden provocar trastornos de conducta y comportamientos adictivos. Así lo releja la OMS, que calcula que en España una de cada cuatro personas sufre estos problemas. Además, casi un 10% puede haber desarrollado comportamientos adictivos.
Las redes sociales y plataformas de streaming permiten a las personas crear un mundo de fantasía en el que escapar de su realidad cotidiana y pueden dar lugar a imágenes que no reales, aparentando lo que se quiere ser. Esto es un síntoma de baja autoestima.
Cuando existe una falta de autoconfianza seguridad en uno mismo, esa carencia emocional se puede adquirir en las redes sociales, en ese mundo virtual. A nivel familiar son muchos los adultos que optan por la solución cómoda, la más rápida, que es la de permitir ese abuso de las nuevas tecnologías.
El resultado es que esa falta de relaciones lleve a que las personas se sientan en soledad y busquen en el mundo virtual, que no siempre se ajusta a la realidad, el soporte afectivo del que carecen.
Si a su vez la situación familiar no es del todo estable: problemas económicos o un encuentro entre varios núcleos, en ocasiones se produce la sensación de que el hijo de mi pareja es un malcriado.
No es fácil lidiar con esos procesos, la clave debe situarse en el respeto mutuo, en promover momentos de convivencia cordiales y en el esfuerzo colectivo en todo el ámbito familiar para llevar a buen puerto la relación.
¿Cómo hacer un buen uso de las nuevas tecnologías para fomentar la concordia familiar?
La doctora Méndez señala que un buen primer paso para comprobar si existen riesgos con el uso de las nuevas tecnologías es la observación activa. El establecimiento de horarios es otra fórmula que puede ayudar, pero hay que mostrarse siempre muy cautelosos con las actitudes de orden, para exigir, sobre todo en los casos en los que la relación de parentesco no es real.
A nivel práctico, en casa los teléfonos deben estar silenciados cuando se realizan actividades compartidas. Y cuando se retiran las opciones de entretenimiento, y al final pasar tiempo en redes sociales es una forma de entretenerse, hay que buscar alternativas de ocio individual y en conjunto.
Junto a las recomendaciones, es también muy necesario detectar esos comportamientos que pueden ser señal de que algo no funciona bien. En un grado ya peligroso de adicción, las personas que sufren estos procesos experimentan periodos de ansiedad o estrés cuando no se conectan, cambian su carácter para volverse más irritables, dejan de lado las actividades placenteras que antes sí le agradaban y se aíslan por completo de la familia.
Todo esto puede dar lugar a problemas de convivencia, que se multiplican en uniones de parejas con hijos externos. Los expertos recomiendan siempre hacer un uso responsable de las nuevas tecnologías y que estas sirvan como complemento a las relaciones personales, nunca al revés.