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- Cómo Cobrar Daños Consecuenciales en Casos de Reclamos Menores
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Por el Juez Philip Straniere
Los daños y perjuicios consecuentes son los daños y perjuicios en los tribunales de menor cuantía que no se derivan directamente de las acciones del demandado, pero que podrían haberse previsto razonablemente como resultado de las mismas. Eso es un bocado, pero el siguiente caso ayuda a aclararlo:
Usted contrata un servicio de mensajería para pagar la factura de su tarjeta de crédito en el banco el 1 de mayo o antes. Usted les dice que es una factura de tarjeta de crédito y que si no se paga a tiempo, tendrá que pagar cargos adicionales e intereses. El mensajero se compromete a realizar el pago, entendiendo la importancia del pago puntual. Pero el mensajero olvida y paga la cuenta tarde.
Obviamente, se le podría reembolsar la tarifa que pagó al mensajero porque no cumplió con lo acordado. Sin embargo, también desea recuperar los daños consecuentes para compensar el dinero que tuvo que pagar a la compañía de la tarjeta de crédito por los cargos y penalizaciones por retraso, ya que éstos eran razonablemente previsibles como consecuencia del incumplimiento de la entrega.
Otro ejemplo es el caso de que su coche sufra daños como resultado de la negligencia del acusado. El acusado es 100 por ciento responsable y la compañía de seguros del acusado va a pagar por todas las reparaciones sin ninguna duda.
Su coche estará en el taller durante tres semanas. Sus daños compensatorios son el costo de las reparaciones. Su daño consecuente es el dinero que tiene que destinar a gastos de alquiler de coches o a servicios de taxi mientras su coche está siendo reparado.
Según el derecho consuetudinario, el lucro cesante no se consideraba un daño consecuente porque una empresa no podía demostrar que tuviera beneficios. Los beneficios se consideran especulativos.
La jurisprudencia moderna permite la recuperación de los beneficios perdidos cuando se puede establecer un negocio en marcha, así como las relaciones anteriores con el demandado o las normas de la industria aplicables a dicha transacción.
Imagínese que usted es dueño de un camión y tiene un contrato para entregar madera a un sitio de construcción el próximo lunes. Usted lleva el camión al mecánico para que le dé servicio y le dice que necesita el camión para el sábado para que pueda entregar la madera el lunes.
El mecánico, ahora consciente de por qué necesita el camión, dice: «No hay problema, lo tendrá para el sábado», pero no entrega el camión a tiempo porque se olvida de trabajar en él. Usted tendría un reclamo viable por las ganancias que perdió si no se presenta para transportar la madera.